martes, 16 de noviembre de 2010

Harry Potter, el niño que vivió, el adolescente que vive.



Ya viene el fin, ¿Dónde estarás cuando todo acabe?

Por: Yurei

La espera termina. Los cines se preparan nuevamente para esperar la horda de fanáticos del niño de la cicatriz en busca de respuestas. Hambrientos, sedientos, todos buscan lo mismo. La pelea final. ¿Quién vive? ¿Quién muere?

Esta semana se estrena en todos los cines la primera parte de las dos películas que darán fin a la saga de Harry Potter… “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte- Parte 1”, hace su aparición en medio de hordas de fans divididos entre el amor, el miedo, la nostalgia y miles de sentimientos más. Es el último año en Hogwarts y sin embargo Harry Potter y sus amigos Hermione y Ron, no se encuentran en el tren. Su tarea este año es encontrar y destruir los malignos Horcrux que serán el paso definitivo para eliminar a Voldemort de una vez por todas.

Nadie está a salvo. La guerra ha estallado y con ello los pasajes oscuros, las escenas de acción y el drama se hacen presentes. Nada que da ya de aquellos tres niños de once años que llenos de miedo temblaban ante el sombrero seleccionador en su primer día en Hogwarts. Tres adolescentes de 17 años se enfrentan a la peor travesía de sus vidas, muchos mueren, otros más son sacrificados pero su destino está escrito y no hay marcha atrás.

Siendo una de las más fieles adaptaciones de los libros escritos por J.K. Rowling, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte ha generado expectativas increíbles. Miles de fans alrededor del mundo harán fila en todos los cines para verla. En opinión personal, no solo como escritora, sino también como fan, he de decir que la película supera expectativas en cuanto al guión; abunda la acción, sin llegar a ser solo sangre y violencia. Tenemos partes románticas y un poco más atrevidas que en las anteriores (recuerden que todo adolescente tiene hormonas en ebullición), no puede faltar la parte de las escenas añadidas o bien modificadas que parecen en algunos casos casi imperceptibles y en otros un giro a la trama que la misma Rowling ha declarado que desearía haber escrito.

Solo puedo darles una recomendación. Sean o no fanáticos del mundo del mago de la cicatriz, esta película vale la pena verse. Los efectos visuales y la banda sonora son impecables como siempre, más aún debo decir que las escenas de acción se llevan las palmas en cuanto a efectos especiales.

Todo un fenómeno cultural viene con ella y muchos de los crecimos viendo al niño Potter sabemos que si bien este anuncia para ser el final de años y años de espera, la leyenda vivirá por siempre y todos recordarán a Harry Potter, el niño que vivió.

lunes, 4 de octubre de 2010

Los Viciosos Círculos

¿Existirá algo llamado “El Karma”?

Por: Adrián!

Para escribir la columna de esta semana tuve que recurrir a la internacional Wikipedia, que me chismeó que “El karma” es una energía que se deriva de los actos de las personas.

Sin duda el concepto de “El Karma” se inicia con algunas religiones, pero a final de cuentas, y lo que diré es una opinión muy personal, el conocimiento de la vida y de las cosas que este mundo guarda, no se queda en los templos y quizás con diferentes palabras, un mismo concepto aparece en diferentes partes.

Isaac Newton, físico inglés que impactó al mundo con sus conceptos, publicó 3 leyes del movimiento que después de siglos de constantes cambios y descubrimientos, se mantienen más que vigentes.

Especialmente Newton decía en su tercera ley: “A cada acción, corresponde una reacción, de igual magnitud, pero en sentido contrario”. Lo anterior se aplica a los objetos en movimiento, pero si vamos un poco más allá podemos encontrar similitudes con lo que postula la ley de “El Karma”.

Continuando con lo que informa Wikipedia, encuentro que “El Karma” habla de reencarnaciones y que cada una de ellas está condicionada con los actos que las personas realizaron en vidas pasadas.

Esta cuestión me lleva a preguntarme, ya no ¿Qué será de mi? Sino más bien… ¿Qué fue de mí? ¿Dónde es que estuve o que es lo que hice? ¿A quién conocí? Y ¿A quién desconocí?

Sin duda las preguntas aumentan en su complejidad y como parece, las respuestas creo no van a llegar…

Ante la frustración que esta clase de conocimiento me provoca, tengo que continuar observando lo que la enciclopedia en línea me proporciona.

El origen de la palabra “Karma” viene de la lengua sánscrita que significa algo como lo siguiente: “Karman” quiere decir acción y que a su vez tiene su origen en la raíz “Kri” que significa: hacer.

Hacer o dejar de hacer… Aprender para hacer o Aprender para dejar de hacer.

Si comienzo a recopilar las palabras que se han juntado hasta este momento, parece como si caminase por el mundo y la única brújula que tengo parece absolutamente desorientada. Un paso adelante en la dirección correcta y de pronto ¡Zaz! La brújula cambia su norte para el lugar opuesto… Reoriento mi camino y ahora ¡Zaz! De nuevo el norte ha vuelto a cambiar… Y sigo reorientando mis pasos, en busca de un objetivo, quizás de un destino. Pero el norte cambia tan constantemente, que me doy cuenta de que solo he dado vueltas en círculos todo este tiempo.
¿Son los círculos unos viciosos que me dejan sin camino? He perdido tantas veces mi orientación que ahora creo me encuentro perdido en un desierto de leyes karmáticas que desconozco en su totalidad.

Finaliza la primera parte de la información de “El Karma” proporcionada por Wikipedia con lo siguiente: “El Karma” se interpreta como una ley cósmica de retribución, o de “causa y efecto”. “El Karma” es una creencia que prevalece en doctrinas como: El budismo, el hinduismo, el yainismo, el ayyavazhi y el espiritismo.

¿Quieres que te sea sincero? La verdad es que no entiendo nada… Creo la única certeza con la que cuento es que he vuelto a perder… Sí, una vez más vuelvo a perder contra unos fantasmas kármaticos… He vuelto a perder frente a mí mismo, frente a unas acciones que no me quedan del todo claras y por más que busco un oasis, me encuentro con la arena, con el sol que me quema, con la desesperación y con el desconsuelo de volver a perder mi ilusión.

Para finalizar, se me viene a la mente una de mis canciones de la infancia… En aquella lejana etapa no escuchaba canciones infantiles, sino que tenía por objeto, aquellas canciones que mi hermano mayor le gustaba escuchar…

Recuerdo en este preciso instante de mi vida una canción de Joaquín Sabina, llamada “¿Quien me ha robado el mes de abril?”

Y así me siento ahora… Como si me hubieran robado el mes de abril… Me lo robaron del cajón, donde guardo el corazón y ahí mismo donde unas leyes de “El Karma” me condenan eternamente a dar vueltas en círculos… ¡Viciosos círculos!


lunes, 27 de septiembre de 2010

Los viciosos círculos…

Por Adrián!

Después de una sesión de café me da por pensar… Mirar a la ventana y pensar que sería de las cosas si fueran diferentes. Si lo complejo tuviera una cara oculta que lo convirtiera todo en algo más sencillo. Pero creo firmemente en que lo sencillo guarda su grado de complejidad.

El tiempo transcurre sin sentirlo y al final, Einstein afirmó que el tiempo es relativo, que sólo es algo que no existe más allá de una unidad pegada al espacio.

En alguna biblioteca debe existir el libro a todas las respuestas. Aquél ejemplar que conozca tu vida y sus porqués y consecuencias. Aquel voluminoso libro que hable de ti y de mí, de una historia común, de un pasado que se torna nubloso, de un presente que se entrelaza y de un futuro que parece incierto.

Sería interesante saber que alguien lee mi historia, que capítulo tras capítulo mi vida se torna interesante a través de los enredos que dibuja mi mente a en un cuaderno rayado.

Después de todo… ¿Que es un ser humano dentro de toda la universalidad? ¿Qué es una historia dentro de las millones de historias que se viven segundo tras segundo? Ser un gusano de seda dejando estelas de si mismo mientras los hilos se entretejen dejando una tela de historia, de convivencia, de alegrías agrias y dulces sin sabores.

Todos los secretos se esconden en lo más sencillo y hasta lo que piensas que es algo básico, contiene un entramado complejo de explicaciones llenas de empirismo.

La mirada se pierde y regresa en la ventana. Un sonido hace acercarme o perderme nuevamente en mis abstracciones.

Y así una sesión de café… Una tranquila sesión de café se convierte en un mapa de la complejidad, no del mundo sino de lo que hay dentro de mí. De mis ideas de lo que el mundo es y su ubicación en un universo desconocido. El solo pensar que se desconoce al universo infinito, me lleva a repasar en todas aquellas cosas que nunca se me ocurrirán, pero que tanto anhelo.

¿Dónde estará la hebra, esa pequeña hebra de la bola de estambre que al tomarla empieza a develar un camino de certeza, de confianza, de madurez y que se antoja como trascendencia?

¿Es que todos pueden encontrar la hebra personal? O ¿Es que todos perseguimos metas que se vuelven meras ilusiones y que al alcanzarlas, solo es un paso más dentro de una montaña sin una cima conquistable?


Al calor del café con Bimbuñuelos, se me da muy bien pensar en que lo más básico de la vida, puede tornarse en inalcanzable.

¿Serán las fuerzas suficientes para mantener la frente en alto y mirar al horizonte que siempre será inalcanzable? En la antigüedad los hombres perseguían el fin del mundo, imaginando una tierra plana. Era su convicción y su poder. Cuando se descubrió la redondez terrestre el hombre tuvo que aceptar que nunca alcanzaría el fin del horizonte, porque el horizonte mismo siempre iba a existir fuera de su alcance.

Quizá la solución a todo consista en dejar de anhelar… En no necesitar las cosas externas, para así no depender de un impuso exterior para vivir.

Cierro mis ojos y siento que todo está bien… Los abro y todo me crea incertidumbre…

La pregunta final ¿Dónde radica la verdadera vida? Es adentro donde aparentemente no se vive o en la incertidumbre donde todos creen vivir… Una respuesta que esta fuera de las posibilidades de un café con Bimbuñuelos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Jorge de los Reyes, Un actor por Convicción


Por: Maki

Hace ya unos meses, por ahí de un día marcado surgió la oportunidad, por necesidad, de tener un acercamiento con un actor; escritor de closet y por azares del destino, administrador de un restaurante. Jorge de los Reyes y yo (con la ayuda de un primo), pudimos concretar una cita por ahí de la una de la tarde en Novo’s, el restaurante que administra ubicado en la colonia Coyoacán.

En un espacio muy íntimo, acogedor, retirado y con un concepto más que novedoso en el menú, con los nervios de una primera vez, entré al recinto. Tras esperar unos minutos, que en teoría fueron 15, me invadió esa sensación que se tiene cuando “algo” se acerca. Y sí, era él, Jorge quien, con un aire muy campante, confiado, por encima ruidoso y vistoso (anaranjado para ser exacta), venía entrando por una pequeña puerta ubicada cerca de la entrada principal.

Tras un saludo efusivo, tomamos asiento en aquella mesa para 4 ubicada al fondo y contra la pared, ordenó un vaso extra, se puso cómodo y más que listo y dispuesto a responder una serie de preguntas como habíamos acordado.
“Bueno, a ver, qué quieres que te platique”, expresó fijando sus expresivos ojos verdes en el mesero que postraba su orden sobre la mesa. Fue así como, tras el ligero incidente provocado por mi falta de conocimiento para activar la función de grabadora de voz en el celular, comenzó esta entrevista.

Jorge de los Reyes se ha dedicado al teatro prácticamente toda su vida. “No sé por qué, pero siempre supe que lo supe”, es así como responde a: ¿Cuándo supiste que querías hacer teatro? Y es que es difícil encontrar un punto exacto siendo que lleva trepado en los escenarios desde su juventud en su natal Torreón, en el teatro de su escuela, hasta hoy en día, siempre y cuando, encuentre un guión que llene sus expectativas y necesidades.

Hasta ahora, ha participado prácticamente en todo tipo de géneros teatrales, desde el clásico hasta el vanguardista.

Se sonroja un poco cuando confiesa que su género favorito a interpretar es la comedia, porque es su reto más grande. Se le dificulta mucho representar este tipo de personajes por su propio temperamento, caracterología, su temple e incluso, en sus palabras, por su estructura corporal: “yo tengo más cara del malo que de chistoso”, y a pesar de ser lo que más trabajo le cuesta, también es lo que más le gusta porque los retos son lo que más le llama la atención al actuar.

Actualmente Forma parte de la Compañía los Endebles, Administradores del Teatro La Capilla desde hace 11 años, teatro que comparte la fachada con su restaurante.

Para él, México no se distingue por ser un país que se destaque en la importancia dada a la cultura, y no sólo en teatro pues todo empieza desde el sistema incompleto que se tiene en la Secretaría de Educación donde no se integra la cultura.

Mencionó que en sí lo que le pasa a la cultura (involucrando al teatro) en general es un problema muy similar a lo que acontece en la política, pues en sus palabras, “los presupuestos son adecuados pero muy rara vez llegan a donde tienen que llegar, mucho se pierde en el proceso burocrático”, eso por un lado y por el otro, una falla en México que perjudica muy directamente a la difusión cultural es la cuestión económica de su población. Pues el salario mínimo no deja mucha oportunidad para gastar en cine y mucho menos teatro, “En México falta fluidez económica interna, creo que debería existir una ley protectora del consumo nacional”.

De este punto, sacamos mucho a platica y nos dio un ejemplo muy claro con un país como Alemania. Allá también pagan impuestos e incluso el porcentaje es más elevado que el de nuestra ciudad, pero en ellos ya están incluidos el pagos como el de la electricidad, el gas, entre otros, con lo cual el sueldo que ganan es para sus “chicles”, es decir ya es dinero para gastos personales, entre los que entran las artes. Además de que tienen un sistema que promueve y apremia el consumo de productos nacionales; igual ejemplificado: si una familia va al cine y entra a ver una película de origen alemán, su boleto le sirve como una especie de seductor de impuestos, al igual que si compra ropa o cualquier otro producto de origen interno. Este sería un sistema ideal en nuestro país tomando en cuenta que México está provisto de todas las herramientas necesarias para ser autosuficiente.

Ya regresando al tema del teatro, para entender el contexto que existe ante la labor teatral actualmente en nuestro país contestó que hoy en día, “hacer en México teatro es una labor estoica pues son los mismos artistas los generadores de espacios, los contenidos, los presupuestos e incluso el público” para así poder plasmar lo que quieren decir. Hay falta de difusión más allá de la que ellos mismos generan.

Pero a pesar de todo lo negativo ya tratado, existe un punto que se puede rescatar y que para él habla bien de nuestro país y de nuestra ciudad sobre todo, es que “nunca se ha distinguido por censuras, en todo caso sólo se vive un poco en provincia pero debido a su muchez, la ciudad es muy sui generis….pero la censura aquí hace muchos años que dejó de existir…después de Salinas de Gortari, dejó de existir una censura tal cual”.

Y es cierto, nuestra ciudad jamás y mucho menos en estos tiempos se ha distinguido por censuras y mucho menos en lo que respecta al teatro.

Ya para terminar, pues comenta que tiene reunión para la lectura de un guión, el actor mira su reloj, da un último trago, se despide cortés y efusivamente (como parece ser su costumbre), lamentando el tener que marcharse pero dejando una invitación abierta a visitar su restaurante y estar pendientes del estreno de sus próximos proyectos cinematográficos relacionados con el festejo del bicentenario, así como para su proyecto teatral ahora en cartelera en temporada.

martes, 17 de agosto de 2010

CINE: COMO PERROS Y GATOS. LA VENGANZA DE KITTY GALORE.


Por: Yue Halliwell.

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería la vida si fuéramos animales, algo así como perros y gatos?

Pues la misma pregunta me hice yo en uno de esos tantos días en los que no hay nada en que pensar y la mente comienza a divagar; resulta que mientras mi mente divagaba, me encontraba revisando mi correo electrónico y de repente vi un e-mail que me había enviado mi buen y genial amigo “Príncipe”, el cual trataba de una invitación a ver Como perros y gatos 2, La venganza de Kitty Galore, esto me causo mucha risa porque parecía una extraña coincidencia pero aun así acepté asistir a dicha función.

En fin, Como Perros y Gatos 2, La venganza de Kitty Galore promete, para sus seguidores ser una aventura divertida y entretenida, pues en la guerra entre perros y gatos que parece no tener fin sucede algo que lo cambiará todo y eso es gracias a una gatita llamada Kitty Galore.

Resulta que esta minina tiene un plan malévolo para vengarse de todos aquellos que le hicieron daño; el problema es que este plan malévolo no afecta solo a los caninos sino que a los gatos también, provocando que estos dos bandos se unan y peleen en contra de la malvada gata y poder destruirla pues de esa alianza también depende la vida de los humanos.

Este filme es una buena idea para pasar un buen rato y porqué no, también para reírse como niños.

“No hay mejor critico que uno mismo”.

lunes, 16 de agosto de 2010

PUNTOS CARDINALES

Por: Adrián Portillo C.

Mi eterno viaje al centro de ninguna parte

Es una cuestión de números que se vuelven letras, que penetran en los sentidos y que se vuelven sentimientos.

En mi mente creo recordar que siempre hui de los problemas. El sólo toparme con una barrera cerebral, hacía que mi paciencia se agotara con prontitud y que los pensamientos comenzaran una danza por los más variados tópicos, descubriendo que tarde o temprano me olvidara de mi sufrimiento ante la impotencia intelectual.
Me alejé de las matemáticas pensando que mi vida sería más fácil si me olvidaba de la existencia de Pitágoras y su teorema; de los problemas de la física y su gravedad; ante la química orgánica y el spin de un electrón.

Opté por dedicarme a las humanidades. Después de todo que tan difícil podía ser estudiar al ser humano… Era subjetividad al cuadrado, lo que estaba a punto de encontrar.

Mientras más avanzo en el correr de los años y de la existencia, me doy cuenta de que la vida es absolutamente matemática, que no hay nada que un número no pueda responder y al final existen formulas para todo.

Te sonará extraño, pero en uno de mis eternos viajes al centro de ninguna parte, me topé con el espacio escultórico de la Ciudad Universitaria. Fue ahí donde un hombre de edad madura en plenitud, se nos acercó para darnos la explicación de tan complejas construcciones arquitectónicas. Después de develarnos el secreto que los picos que rodean al espacio circular de formas irregulares en la piedra, dejadas por la erupción terrestre, se referían al mismo cráter del volcán Xitle, que dio origen a los pedregales del sur de la ciudad; después de su explicación, el hombre nos dio la fórmula del amor…

¡Demonios! ¿Por qué tenía que empezar a llover? Y la precipitación impidió que conociera la fórmula para conseguir un corazón.

Dicen que la razón es una y los sentimientos algo totalmente diferente. Pero creo que es parte de un todo. Al final, como dice Ignacio, personaje de la película EFECTOS SECUNDARIOS: “Todos somos una estadística esperando suceder”. ¿Cuál será la estadística en la que me encuentro? ¿Será acaso en la de los hombres rapados por pura voluntad? ¿Será en la de las personas con vicios excéntricos? ¿Será en la de los seres comunes y corrientes con ideas egocéntricas?
Mi vida es una ecuación con múltiples variantes y distintos grados de complejidad. En el que cada una de las incógnitas se convierte en un aspecto no resuelto dentro de mi existencia.

Estoy resuelto a publicar un anuncio en el aviso oportuno que diga: SE BUSCA GUIA ESPIRITUAL, DE PREFERENCIA DE PROFESIÓN FÍSICO-MATEMÁTICO, QUE ME AYUDE A ENCONTRAR LA SOLUCIÓN A LA ECUACIÓN DE MI VIDA.

Sabiendo de antemano que no habrá experto que pueda resolver cuestiones inherentes a una personalidad que se descubre día a día, creo guardaré mi dinero en vez de invertirlo en un anuncio infructuoso. Pero confío en que en algún momento podré encontrar el número que se convertirá en la llave que abra las puertas de mi supervivencia. Sé que en algún momento dejaré de formular preguntas para atender las respuestas.
Y al final como dijo el hombre de edad madura en el espacio escultórico, podré encontrar la fórmula del amor y descifraré sus más escondidos secretos. Lo haré, tarde o temprano, lo haré…

Mientras tanto me dejaré disipar por los números que me desorientan y me desesperan, tratando de encontrar una calculadora que se adecue a mis intensos lanzamientos vitales y que comprenda que la impulsividad no es una imprudencia, sino la juventud desbocada que lleva como timonel mi necesidad de trascendencia.

domingo, 8 de agosto de 2010

PUNTOS CARDINALES

Por: Adrián Portillo C.

Old Fashion TV

La brújula de aquél día me había llevado hacia el norte más próximo donde me pude refugiar. La sala de espera parecía un lugar que escapaba a la cada vez más acelerada carrera del tiempo buscando el futuro.

Todo parecía indicar que los relojes se habían detenido, aunque el tic tac de un viejo reloj indicara completamente lo contrario.

Sin duda una sala de espera se convierte en el mejor laboratorio de la creatividad humana. Un espacio donde la expectativa es el común denominador y la paciencia es un ingrediente esencial.

Es por lo general en las salas de espera donde se me ocurren las ideas más geniales a los problemas más estúpidos. Es donde me gana la risa de imaginarme diálogos graciosos en situaciones inoportunas. Es donde mi mente va y viene; divaga y regresa para recordar el motivo que me tiene sentado en una silla de madera algo incómoda.

Miraba el piso de un mosaico en imitación granito, que parecía tener toda la vida ahí. Huellas de macetas inexistentes dejaban su rastro. El óxido de un viejo bote metálico se apreciaba en uno de los rincones. Había viejas cortinas en color blanco, eso sí muy limpias, que se encontraban corridas en la parte izquierda de la pared. Pesadas cortinas de una gruesa tela, que me recordaban las que había en mi salón de quinto año de primaria.

El color verde pistache de una de las paredes, me llevaba en un recorrido en retroceso a las tendencias de los años setenta. En el techo había un plafón enorme de con un par de focos que repartían una luz amarilla a toda la habitación, esto daba un toque de melancolía, que se convertía en la cereza de un pastel perfecto para la fotografía de una de esas revistas que se venden en los puestos de periódicos de publicaciones atrasadas y que les dicen a las amas de casa como pueden invertir su tiempo en eufemismos culinarios.

Frente a la hilera de sillas donde estaba, había un televisor, creo que era lo más moderno que tenía ese espacio. El volumen era bastante bajo para ser lo suficientemente insignificante para prestarle atención. Las imágenes en movimiento que desprendía aquél aparato, remitían a una vieja película del cine mexicano.

Después de mucho rato en que mi mente viajó a mundos increíbles, recordó que había que pagar el banco, me contó chistes a mí mismo, cayó en desesperanza por el tiempo perdido y se alegró de eludir otros compromisos por estar ahí… Después de agotar todos los recursos contra el aburrimiento, terminó por aceptar que no había más que hacer, tan solo esperar a que mi turno llegara…

Fue en ese momento, cuando ya no había más, cuando el silencio de mi mente se estableció; fue ahí donde la película vieja e insignificante entró a mi vida… Lo confieso, lo primero que me atrajo fue lo que mi sentido del oído percibió…



“Cuando vuelva a tu lado, no me niegues tus besos. El
amor que te he dado, no podrás olvidar. No me preguntes nada, que nada he de
explicarte. Que el beso que negaste, ya no lo puedes dar”.



Quizá el adormecido sentido de la cursilería, se despertó en ausencia de mis otros agotados sentidos. Quizá era que simplemente me había enajenado del ambiente retro y ya no había más que hacer… tan sólo unirme a esa melancolía viviente.

Tuve la impresión de que esa era la letra más maravillosa y exquisita que había escuchado en mucho tiempo. Era una canción realmente tan bien construida e interpretada, que saltó a mi atención como una joya en medio de un basurero.

Cuando terminó esa estrofa, mi ser se lleno de impaciencia por conocer el resto de la interesante canción…

Y en efecto, la música seguía con todo y su fascinante letra. Mi mente no la olvida y decía exactamente…



“Cuando vuelva a tu lado y esté sola contigo, las cosas
que te digo no repitas jamás. ¡Por compasión! Une tu labio al mío y estréchame
en tus brazos y cuenta los latidos de nuestro corazón”.

La canción terminó en ese fragmento de la película. Lo que sucedió después en la trama, ni siquiera lo recuerdo. Mi mente y mi atención, al igual que el tiempo en esa sala de espera, se detuvieron. Todo lo que tenía en mis sentidos se quedo anclado a esa última frase: “Une tu labio al mío y estréchame en tus brazos y cuenta los latidos de nuestro corazón”.

Era la mejor frase de amor que alguien le podía decir al ser amado. Es una expresión altamente cursi si se aísla de su contexto, pero era más que genial, era digna de ser recordada en la historia del tiempo como la mejor frase célebre en una escena de amor.

Imaginaba la secuencia de la película “La dolce vita”, sí aquella famosa e inolvidable secuencia en la Fontana de Trevi, cuando los personajes de Marcello Mastroianni y Anita Ekberg se encuentran adentro de la fuente… Imaginaba que los diálogos originales se borraban y en su lugar Anita le decía a Marcello “Une tu labio al mío y estréchame en tus brazos y cuenta los latidos de nuestro corazón”.



¡Ah! Que sublime hubiera sido esa escena con ese diálogo insertado justamente ahí. Y culminada la secuencia con el beso de ambos en medio de la Fontana de Trevi.

Mi cursilería rebasaba los niveles de lo permitido. ¡Lo sé! Pero hay veces que en lo viejo hay belleza. Hay ocasiones que lo antiguo puede atraerte por la misma razón que la gente lo aborrece. Porque en todo lo vintage, hay algo que captura nuestra atención, ya sea para dirigir una agria crítica ó para insertar un sublimado elogio.

Ahí comprendí que el pasado tiene su encanto y que hurgando en los apolillados archivos de lo arrinconado, se pueden encontrar elementos con una estética admirable.

¡Sorprendente! Fue entonces que me di cuenta que lo Old Fashion siempre estará de moda.