Saludos, despedidas, presentaciones...
por SCARLET
Con la melancolía a full, muy posiblemente por la tonalidad monocromatica y nublada que cubre este lluvioso verano, me ha dado por reflexionar sobre historias alternas y cuentos inconclusos.
La ventaja de ellos, es que su final sigue siendo como la esencia del Adios: Sólo una promesa.
Nada tan ambivalente, tan esperanzador y doloroso...
Ni la daga más filosa deja una herida tan profunda como aquella ocasionada por una separación fortuita de amantes eternos.
Hondando en su significado me topé con varios origenes, siendo clave el resmido por la Real Academia de la Lengua Española, que lo define como la contracción de la expresión A Dios.
Con los pies sobre ese origen y la mente saltando en nubes claras divago.
El Adieu fránces, me es tan románticamente trágico! Aunque eso si, no tan apabullante como el Alvida hindu. Sin duda, el más vulgar me parece el ingles que no deja de ser únicamente un alentador recordatorio de un posible retorno. Y el que me he negado a repetir al momento de que mi camino se separa del de algún ser que enmarca mi vida es el de mi propia lengua:
Adiós, que no es sino una promesa perpetua
A todo esto, ¿porqué usar este espacio pensando en despedidas, cuando todo parece indicar que se acerca un verdadero parteaguas e inicio de un ciclo totalmente diferente? Y más aun ¿cómo iniciar un encuentro de los que espero sean muchos, dejando la presentación al final?
Simple.
Los verdaderos inicios sólo se dan a partir de la nada.
Leyendo y re leyendo letras alucinantemente alucinadas, la mayoría de mi autoria no dejo de sorprenderme de la velocidad con la que cambia el sentir, el pensamiento y la percepción de las personas.
Me considero algo más que un ente dispar de ideas extremas , emociones densas y esclava de su sentir. Libre de mente y cautiva de realidades contrastantes e imaginarias.
Escritora de almas, tejedora de humo, una niña anciana que juguetea con memorias futuras.
Así pues me presento bajo el nombre del color de la sangre al atardecer:
Scarlet, a sus ordenes.
Ya con los nombres escritos y las promesas consagradas, retomo un poco el tema del adios, disculpandome si acaso por el revoltijo de ideas que al explotar suelen confundir mi nada recta linea de pensamiento. Espero en verdad nos logremos acostumbrar al libre flujo de lineas (anuncio a veces indiscretas) que nos pondran en contacto.
Con algunos naipes revelados en tan coqueto inicio, no quiero dejar pasar más tiempo sin plasmar mi impresión de las despedidas. Porque realmente no se sabe cuando se dará aquella más extensa que amenaza con parecernos dueña del siempre.
Quiero compartir con usted ocioso lector algo que luego de tanto y tan poco justo mientras escribia esta nada humilde columna, reflejó mi sentir de los inicios y finales, y es justamente aquel saber universal de que:
"El destino es la promesa de seguir y el mañana el pretexto para continuar."
Cambio y Fuera.
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